Mentalitat que encara queda molt lluny de Sant Andreu de la Barca, i aixó que tenim l'Agenda Local 21. Fins i tot s'han negat a tirar endavant un projecte d'Escola de Natura.
Fundaciones,
ayuntamientos y oenegés han asumido el reto de consolidar y crear nuevas áreas
naturales en la ciudad. Son iniciativas que buscan naturalizar las urbes. Ésta
es una tendencia que responde al intento de los planificadores urbanos de
repensar la ciudad, pero también es una respuesta de quienes ven factible
fomentar la biodiversidad en un ámbito hasta ahora monopolizado por el asfalto
y el coche.
Numerosos expertos
resaltan que las zonas naturalizadas hacen más confortables los espacios
públicos urbanos y pueden albergar actividades recreativas. Las zonas verdes,
por ejemplo, controlan las inundaciones y reducen la contaminación (del aire y
acústica), entre otros beneficios ecológicos, a la par que ayudan a mejorar la
salud física y psíquica de la persona, dice José Fariña, catedrático de
Ordenación del Territorio de la Universidad Politécnica de Madrid.
El Prat y World Nature: Un 'reserva natural' en casa
La fundación World
Nature promueve una iniciativa para que empresas, instituciones o particulares
conviertan sus balcones, terrazas y jardines en "refugios de flora y
fauna". "Necesitamos que los ciudadanos se impliquen más en la
conservación de la naturaleza", dice Antoni Carulla, su promotor. Con esta
propuesta, se invita a los interesados a colaborar instalando cajas nido para
ayudar a las cría de las aves, colocar comederos para animales en invierno,
crear una balsa o poner plantas para favorecer la polinización. "Se trata
de crear algo más que meros refugios ornamentales. Las pequeñas acciones pueden
ser muy útiles", dice Carulla. "¿Por qué, en lugar de poner una
planta exótica, no plantamos una planta autóctona que, además, puede tener un
mantenimiento más fácil y favorecer los insectos polinizadores, mariposas o
abejas?", se pregunta Carulla.
Normalmente, se piensa
en grandes espacios naturales a la hora de hablar de conservación. Pero el reto
es no perder biodiversidad; "y hay que actuar en la ciudad", agrega
Carulla. World Nature ya asesora una veintena de refugios en Catalunya, entre
ellos un solar de unos 500 m2 de la empresa Akzo Nobel en El Prat de Llobregat,
un espacio encajonado entre una autovía y una autopista, que sintetiza el
objetivo de esta experienci. Además, en la red están dos jardines de Barcelona
(Tamarita y Laberint d’Horta), así como otros en el Institut d’Estudis
Catalans, o en Monasterio de Poblet.
“Nuestro objetivo último
es crear una primera red de refugios World Nataura de flora y fauna en
Catalunya y crear una trama de conexiones necesarias para la conservación de
especies. Esta iniciativa entronca con el movimiento de ciudades “biofísicas”,
que aglutina diversas ciudades en todo el mundo (San Francisco, Oslo,
Singapur…) que persigue similares objetivos. “Debemos hacer ciudades más
amables para la biodiversidad”, resume Carulla.
Vitoria, anillo verde: Zonas verdes 'low cost'
"Las ciudades
acogen valores de flora y fauna mucho más notables de lo que podríamos
imaginar", dice Luis Andrés Orive, coordinador de la estrategia
medioambiental del Ayuntamiento de Vitoria.La capital vasca mantiene su
ambiciosa aspiración de hacer que la naturaleza entre en la ciudad, como dice
su alcalde, Javier Maroto (PP). Una larga serie de actuaciones urbanísticas ha
permitido crear un anillo verde exterior y dotar la periferia de espacios
naturales (tres enclaves de la Red Natura 2000 y un humedal protegido). La
ciudad recuperará el cauce del río Batán como corredor ecológico (estaba
sepultado) y el palacio de congresos se recubre con una fachada-jardín vegetal
para reforzar esta apuesta. Además, se ha reducido la presencia del coche y
aparcamientos en el centro, por lo que el lugar que ocupaban las filas de
coches acoge ahora un entorno más natural. Muchos de los problemas del
desarrollo urbano vienen motivados por la eclosión los últimos 30 años de un
urbanismo disperso (casas pareadas o adosadas) y equipamientos, que han creado
"un gran número de espacios vacantes", lo que ha dado lugar a una
vegetación desordenada y espontánea.
Orive argumenta que si
estas áreas verdes se gestionan con los criteriosaplicables a un parque de tipo
inglés(siegas periódicas, uso de insecticidas, gasto de iluminación...) su
manejo se hace caro, insostenible. Por eso,Vitoria ha puesto en marcha una
gestión "más silvestre, ambiental y sostenible" para naturalizar los
espacios vacantes con especies autóctonas, que consuman menos agua, adaptadas
al terreno, para favorecer la biodiversidad, de manera que a la vez se reduzca
la huella ecológica de la intervención humana.
El ejemplo de Santander: Convivir con aves y reptiles
La Sociedad Española de
Ornitología (SEO/BirdLife) ha puesto en marcha, en colaboración con el
Ayuntamiento de Santander, un ambicioso plan ( Jardines para la Biodiversidad )
para "detener la pérdida de especies" y conseguir que "el
territorio urbanizado incremente sus tasas de biodiversidad", en palabras
de Felipe González, presidente de SEO en Cantabria. El documento aprobado
persigue marcar las reglas sobre la gestión de los espacios naturales o la
planificación urbana. Incluso concreta el tipo de vegetación que se debe usar y
hace recomendaciones para los edificios (para evitar las colisiones de las aves
con sus cristales o favorecer que tengan agujeros donde andan los vencejos). El
plan propone, por ejemplo, reducir el ritmo de la siega de la vegetación para
que haya flores silvestres, lo que permite atraer a los insectos polinizadores
(mariposas y otros invertebrados) y aves (algunas de las cuales están en
recesión en la ciudad: el carbonero o el gorrión).
A la par, se propone
favorecer la presencia de arbustos con frutos, para facilitar la alimentación de
las aves migratorias. También se ha iniciado la creación de lagunas y charcas
para acoger anfibios y reptiles. El proyecto incorpora la presencia de
voluntarios (para hacer el seguimiento de aves, como el autillo) y cursos para
instalar cajas nidos o hacer censos de mariposas.
Experiencias de Barcelona: Menos coches y más huertos
Salvador Rueda, director
de la Agència d'Ecologia Urbana de Barcelona, sostiene que la tendencia a
reducir el número de coches en circulación que promueven algunas ciudades permitirá
liberar espacios, lo que dará paso a otros usos, como los que puede ofrecer la
naturaleza."La reducción de la motorización va a ir acompañada de un
incremento de los espacios verdes", señala."Durante décadas, la
ciudad ha concentrado la calle para la motorización, pero la consecuencia son
miles de muertes prematuras por contaminación y ruidos insoportables, entre
otros efectos", dice. Rueda promueve la creación de supermanzanas, para
concentrar el tráfico en las vías periféricas, de forma que en las calles
interiores se relegue el uso del coche para permitir esos otros usos
(mercadillos, juegos para niños, espacios arbolados y vegetación).
La eliminación de una
intersección viaria (cruce) en el Eixample de Barcelona permite ganar 1.900 m2
de espacio público, dice. Reverdecer la ciudad inspira los planteamiento de los
gestores municipales en Barcelona, que preparan normas para favorecer las
terrazas vegetales. "El nuevo discurso ambiental reivindica una ciudad
saludable, donde la gente se organiza, se autogestiona y pide que se reduzca la
contaminación", dice Francesc Magrinyà, profesor del Institut de
Sostenibilitat de la UPC. No es casualidad que ocho de los doce proyectos que
el Ayuntamiento barcelonés ha cedido a las entidades sociales para su autogestión
incorporen huertos urbanos. Todas estas iniciativas tienen en común el deseo de
proteger la naturaleza y a la vez reforzar los lazos sociales y vecinales.
Aunque sea entre bloques de edificios y coches.
http://www.lavanguardia.com/natural/20140708/54410861290/ciudades-refugio-naturaleza.html
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